Almudena Cid

No sé mucho de gimnasia rítmica. Ni si quiera creo que se pueda decir que soy aficionado. Sin embargo, cuando llegan unos Juegos Olímpicos intento no perderme las retransmisiones que se hacen de este deporte.

Cualquiera que haya seguido este evento deportivo en los últimos años, ha tenido por fuerza que fijarse en una gimnasta española presente en las cuatro finales desde Atlanta hasta Pekín. No es de una belleza deslumbrante, quizá a los espectadores les llamen más la atención las muñequitas rusas, pero lo cierto es que esta vitoriana siempre me pareció atractiva con sus rasgos alargados, sus grandes ojos y su sonrisa deslumbrante.

No conozco a Almudena Cid, pero no puedo evitar esa primera e intuitiva valoración personal que todos hacemos incluso de aquellos a quienes jamás nos hemos acercado. Una aparición de unos segundos en un informativo o quizá en algún video de youtube podrían llevarnos a clasificarla como la típica «niña pija tontita». Admito que es posible que esta chica sea «de familia bien» o que sus calificaciones en el instituto fuesen más bien mediocres… o quizá no. Intento aprender a no sentenciar de oídas. Lo que sí es seguro, independientemente del barrio en el que creciera o de su capacidad intelectual, es que posee una fuerza de voluntad que me parece profundamente admirable.

La habilidad de los deportistas de élite se suele dar por sentada, como si sólo tu nombre te asegurara un puesto entre los mejores del mundo en una disciplina deportiva. Es más, la gente suele decepcionarse cuando uno de estos «ídolo de masas» no obtiene el resultado esperado.

Almudena nunca ha ganado una medalla, pero es la única gimnasta de la historia que ha logrado clasificarse para cuatro finales olímpicas. No se me ocurre otra manera de conseguir un hito como éste que con una entrega y un esfuerzo extraordinarios, dedicando su adolescencia y su juventud a esa lucha incansable por algo que merecía la pena, aunque el reconocimiento público no siempre haya acompañado a su perseverancia.

Navegando por la web de rtve durante los juegos de Pekín, encontré una entrevista realizada por Paloma del Río con motivo de la retirada de la gimnasta de la alta competición. Aunque parezca una tontería, me resultó muy conmovedor escuchar de su propia boca su paradójico relato de desaliento e ilusión y ver sus lágrimas difícilmente contenidas ante la inexorable proximidad del final de una etapa de su vida.

Dicen que los vencedores de los Juegos Olímpicos de la Antigüedad eran tratados como héroes. No sé si alguna vez has buscado el aplauso o la aclamación, Almudena, pero en lo que a mí respecta tienes algo que valoro mucho más: tienes mi admiración y mi respeto.

Publicado el septiembre 2, 2008 en Deporte, Personal y etiquetado en , , , , . Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.

  1. Alejandro Delgado

    Siempre me ha caído bien esta mujer. Y también me parece atractiva. Lo de las lesiones crónicas es algo que nunca pensamos al ver a un atleta o gimnasta, pero es el lado oscuro del deporte y mucho más frecuente de lo que parece, en ciertas disciplinas incluso indispensable.

  2. Te puedo asegurar,por que la conozco, que es de una familia humilde y trabajadora de emigrantes Extremeños y que ha estudiado, incluso fue a la universidad de diseño,que lo tuvo que aparcar por su gran pasión la gimnasia. Ahora diseña su propia marca….y es una gran persona.

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